Cuando en un partido a los 34 minutos de juego se pone 0-5, poco o nada se puede decir. Eso fue lo que paso en la Romareda entre el R. Zaragoza y el Málaga. Solamente la dejadez que llevo al equipo andaluz una vez que tenía el partido ganado, así como su falta de puntería en alguna otra ocasión clarisima, evito una goleada de escándalo en el estadio zaragozano. El 1-5 del descanso parecía un mal sueño, para los seguidores de un equipo, el cual, parecía que jugaba con una defensa de plastilina, mas lenta que el caballo del malo, sin centro del campo y un portero de Flan Dhul, ante un equipo que parecía mas bien el de las mejores épocas de el Ajax de Gullit y Ban Vasten. La pequeña rabieta de los jugadores zaragocistas maquillaron el resultado hasta llegar al 3-5 final. Mientras tanto los peñistas de la Val d' Echo que asistieron al palco, pensaron para sus adentros, ''también es casualidad, seremos gafes''.
Confiemos que solo fue un mal día y como dice el dicho, mas vale perder por 3-5 un partido, que cinco por 0-1.
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