Flaco favor le hizo a su equipo el jugador africano, cuando solo se llevaban 9 minutos de juego auto expulsándose con una entrada fuera de tono, en una jugada intrascendente en el centro del campo al jugador del Getafe Lacen, en la que el arbitro en una de las pocas decisiones correctas que tuvo a lo largo de la contienda acertó de pleno.
No fue peor el R. Zaragoza con uno menos antes un Getafe apático que no plasmo en el terreno de juego su superioridad numérica. En el minuto 62, llegó la expulsión más que dudosa de Alvaro, y el consiguiente penalti, que fue transformado por Castro para subir el 0-1 en el marcador, que sería el resultado final. Al estar con nueve jugadores en el terreno de juego, los huecos eran patentes, y Roberto salvó en más de una ocasión al equipo aragonés. Finalmente para compensar llegó la expulsión de Barrada, por un árbitro que demostró no tener mucha personalidad en el terreno de juego, pero no hubo tiempo para más, y el Real Zaragoza sumo su tercera derrota en la Romareda de cuatro partidos disputados.
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